jueves, 19 de julio de 2012

10 Días en Calpe


Desde el 27 de junio, día en que llegamos a Calpe, no paramos en ningún momento…
En primer lugar, fuimos a cumplir con nuestro principal objetivo, escalar el Peñón de Ifach. La mitad de los días que permanecimos allí, nos levantábamos pronto para hacer una nueva vía en el Peñón y por la tarde íbamos a conocer y probar zonas de escalada.

El primer día escalamos con Lucas Polvos mágicos (6b), una vía entretenida que nos sirvió de calentamiento tanto físico como psicológico y esto permitió hacernos una idea de la roca.

Al día siguiente Cristian y Javi se escalaron la Virginia Díez (6b+), una vía que usa la entrada de Polvos mágicos pero con los dos últimos largos metiéndose por una pared vertical de buenísima calidad. Lo que más nos marcó de esta vía fue el último largo de 6b+, en el que se apreciaba el vacío y la escalada terminaba en la cima, dejándonos ver un precioso atardecer compuesto de picos sobresaliendo entre las nubes y un sol rojo anaranjado brillante escondiéndose tras estos y dejando un mar azul medio calmado a su izquierda.
Último largo de la Virginia Díez (6b+)

Tras esa vía escalamos con Lucas la Costa blanca, pero dejamos los dos últimos largos para salirnos por diedro U.B.S.A, por lo que la vía no paso del 6b+.
También escalamos la Pilar Lopez de Pancho (6c), tenía unos agotadores pasos de 6c prácticamente insufribles, pero como en casi todas las vías, el último largo fue el mejor, un largo de 6b+ en el que mirando bajo tus pies contemplabas una caída libre de  casi 200 metros, además, la roca agarraba de lujo y el ambiente no podía ser más agradable.

segundo largo de la Pilar Lopez de Pancho (6b)

Con todas estas vías a nuestras espaldas, hicimos dos cordadas, Cristian y Javi eran una, y Lucas se unió a un amigo llamado Adrián, nos decidimos por escalar entera la Costa blanca (6c+), una vía que prácticamente te hace apretar de principio a final… Pero que hasta el momento, ha sido la vía más increíble que hemos escalado.
Fuimos a varias zonas de escalada como a Castellet, al mirador de Segaria, a Peña Roja…
Pared de escalada en el mirador de Segaria
También fuimos a hacer psicobloc (escalada libre con caída al agua), a la cueva de Ambolo, un lugar excepcional con un agua azul turquesa y cristalina llena de vida… fue un día muy divertido después de remar en kayak para llegar. Estuvimos escalando, buceando un poco y disfrutando de un paisaje distinto al que solemos visitar…


El día siguiente a esto, era el último que estaríamos por allí, de modo que fuimos a despedirnos por lo grande. Un amigo nos ofreció hacer puenting, y como estas oportunidades no se presentan muchas veces en la vida no dudamos en decir sí.
Llegamos al puente, y era uno de los más altos de España, de solo mirar al vacío nos pusimos a temblar. Vimos, eso sí, que era muy seguro, de modo que después de ver como saltó el amigo que lo monto le toco a Javi.

Al saltar se sentía una caída libre inmensamente veloz, salía un grito del alma mientras el suelo se acercaba a toda prisa.
Javi minúsculo ya parado
Después le tocó a Cristian, que también temblando en la barandilla se soltó y empezó a volar…
Cristian saltando

Fue una de las experiencias más adrenalíticas que vivimos hasta el momento.
Y con una nueva aventura nos volvimos a Madrid contentos y conformes por todas las cosas que nos dieron tiempo a hacer.








miércoles, 4 de julio de 2012

PEÑÓN DE IFACH (332 metros de compromiso)

 *Día 28 de junio del 2012:


Empezado el verano nos fuimos de Madrid en lo que tardamos en hacer las maletas…
Nuestro objetivo era escalar el Peñón de Ifach, una mole rocosa de 332 metros de altura. Con todo preparado cogimos el autobús que nos llevó al metro y este nos dejo en la casa de los tíos de Cristian, (los dueños de la casa donde nos hospedaríamos). Debido a que estaban de mudanzas fuimos apretados en el coche cinco horas hasta llegar a Calpe…
Según se acercaba el coche finalmente al destino, se fue asomando el poderoso peñón con sus imponentes paredes verticales e incluso desplomadas. 

Nada más llegar, cargamos lo justo en las mochilas y nos juntamos con Fran Lucas, que es nuestro amigo escalador con el que habíamos quedado en Calpe para las salidas de estos días.
Fuimos a dormir a pié de vía, o por lo menos a intentarlo, dado que apenas pudimos dormir una hora entre la molestia de los aspersores saltando, las gaviotas sin dejar de hacer ruido, la calurosa e incómoda humedad y los nervios de la escalada.
*Día 29 de junio del 2012:
Nos despertamos a las 6 de la madrugada y preparamos todo, iba a ser una escalada seria y además la primera de la temporada, así que no podíamos perder detalle de nada.

Con todo preparado dimos el rodeo que hay que hacer para comenzar con la vía. Queríamos hacer Virginia Díez, una vía de 6b+ con opción a salir por la de Polvos mágicos, (una vía más sencilla por la que nos podíamos meter en caso de que nos falle el coraje allí arriba).
Lucas se dio el primer largo que salía en IV de 35 metros, con roca descompuesta con la que no podías afianzar una mano totalmente segura, pero sencillo. Montó la reunión y Cristian y Javi subieron arriba.
Lucas se quiso dar también el segundo largo, que salía en una divertida fisura de 6b de 30 metros.


 Con esta llegamos a la reunión situada al pié del tercer largo, una escalada de placa vertical de 6b de 30 metros que en esta ocasión abrió Javi. Nos estaba resultando una escalada cómoda de asegurar porque se hacía constantemente desde terrazas amplias.
Poco a poco se iba haciendo notar la altura, y la agobiante ola de calor sahariano hacía pasar factura, sobre todo porque no subimos en agua.
Cristian se dio el cuarto largo de VI+ de 40 metros con roca algo descompuesta y en el que solo se podían meter dos seguros.
Ya allí arriba nos pareció mejor idea salir por Polvos mágicos dado que era el primer día y nos había sido suficiente ya lo hecho por el momento. Y por último, Lucas se dio el último largo que salía en V de 25 metros dejándonos con las espectaculares vistas del hombro del peñón. Allí arriba nos tuvimos que desencordar y subir lo que quedaba de terceros y cuartos hasta llegar a la cima contentos y orgullosos de haber cumplido con éxito un reto planteado tiempo atrás.

Estos 150 metros de escalada solo fue como se nos presentó el principio de uno de los posibles mejores veranos hasta el momento.