sábado, 29 de septiembre de 2012

La oeste del pájaro

*Día 23 de septiembre del 2012:

Hoy ha sido el día, esta vez si... hemos logrado pisar la cumbre del pájaro (en la pedriza) tras escalar los 200 metros de la cara oeste.
Empezamos la escalada a las 9:30, después de despertarnos en el Tolmo, esta vez no nos costó encadenar el primer largo de 6a en adherencia, habíamos echado todas las cartas sobre la mesa y estábamos cien por cien convencidos de querer intentar con todas nuestras fuerzas coronar la cima, una expuesta travesía de 5+ nos separaba del aéreo y excitante 6c que pudimos hacer a continuación.
 Nos llevó mas tiempo, paciencia y dedicación el difícil diedro de 6a, nada fácil  de proteger, nos tiraríamos 40 minutos en aquellos casi verticales y rectilíneos metros...
Dos últimos largos de fácil adherencia corrieron bajo nuestros pies y llegamos, lo habíamos conseguido, eran las 12:30, nos llevó nuestro buen tiempo empleado.
De modo que allí estábamos nosotros, sobre la agradecida roca y la naturaleza que nos recompensaba con el calor de los rayos del sol que se escapaban del horizonte en carrera descendente por las rocas.
Absortos en la belleza del lugar que nos habíamos trabajado durante tres estupendas horas, nos despedíamos sin remedio para comenzar con el rapel.
Hoy hemos crecido como escaladores, hemos subido un peldaño mas de la inmensa escalera que conlleva el disfrute de la escalada. Cada día parecemos ser mas conscientes de poseer un espíritu con hambre de nuevas experiencias...

sábado, 15 de septiembre de 2012

Racha de escaladas


Al volver de Alicante fuimos directamente al norte, a intentar cumplir el sueño de escalar la cara oeste del Naranjo de Bulnes, en Picos de Europa, Asturias. Iríamos con nuestro amigo Juanjo.
Queríamos escalar la vía de Rabadá Navarro, una vía mítica que en libre sale en 6c+.
Después de las horas de viaje que nos llevó llegar a Asturias se nos hizo tarde para comprar todo y llegar al Naranjo en el mismo día, de modo que dormimos en el albergue de Sotres. La mañana siguiente andamos entre dos horas y media y tres con la mochila cargada de lo que sería nuestra vida para 5 días, más el material de escalada, así que de 20 kilos no bajaría el peso.
El entorno Asturiano que se iba abriendo a nuestro paso era inmejorable: pastos verdes y frescos de los que se alimentaban las vacas libres y felices en un valle lleno de vida y naturaleza. Según nos aproximábamos contemplamos las montañas rocosas sobresaliendo bastamente de la Tierra como si de una carrera por llegar antes al cielo se tratara, de la que salía victoriosa la montaña de el Naranjo, con sus visibles y temibles 550 metros de tapia vertical sobresalientes de la intermitente niebla pasajera.
El Naranjo de Bulnes en todo su explendor 
Después de montar el vivac, no nos resistimos más a escalar. Al ser las 6 decidimos probar unos 100 metros o más de alguna vía, por lo que después de mirar la guía y tirarnos buen rato buscando la Sagitario, nos dispusimos a probarla, pero en el primer largo sufrimos un pequeño accidente por nuestra imprudencia que pudo haber terminado en desastre, nos hizo abandonar el lugar con mucha suerte y sin tener que lamentar nada… no aremos inca-pié en lo que pasó, pero hay que decir que fue una experiencia por la que teníamos que pasar y de la que aprendimos enormemente para que no se vuelva a producir.
Con mal sabor de boca nos volvimos a Madrid después de solo haber podido estar dos noches en Asturias.
Los días posteriores fuimos a matar un poco las ganas de escalar al Torozo de Gredos en una vía de 300 metros muy bonita pero de la que tuvimos que bajar en el último largo por no ver por donde seguía la vía y por prudencia, además la temperatura era de 40 grados y Juanjo sufrió un golpe de calor de vuelta al coche.
El pico del Torozo, en Gredos
 En cuanto a la vía, empezaba por unos 3 largos de placa de adherencia disfrutona antes de seguir con una escalada de fisura vertical, era un granito de muy buena calidad aunque se nos desprendió algún que otro pedrusco al vacío.
Juanjo escalando el ultimo largo que hicimos
El día de después fuimos a escalar la cara oeste del Pájaro, en la Pedriza, a intentar conquistar sus 200 metros. Por la mañana le estaría dando la sombra y no tendríamos los problemas del día anterior con respecto al sol.

Empezamos por un primer largo de adherencia algo difícil, de 6a.
Primer largo del Pájaro
Después llegamos a un Vº muy fácil de superar, que nos dejaba a los pies de un 6c que comenzaba por una pequeña trepada antes de meterse por una fisura horizontal con una salida de fisura vertical que te tiraba para atrás.


Llegamos a una chimenea lo bastante ancha como para no poder protegerla con friend pero no lo suficiente como para que nos entrara el cuerpo bien en ella, aparentemente no era gran cosa, pero teníamos todavía muy fresco en la mente lo que había pasado en el Naranjo además de las heridas y aquello nos echaba atrás, estudiamos varias posibilidades y tras discutirlo decidimos rapelar y dejarlo para otro momento.
De todo esto ya hace como mes y medio y estamos psicológica y físicamente recuperados de los daños. Tenemos unas escaladas pendientes que terminar y una infinidad de sueños que cumplir de los que hay que aceptar todo en sus intentos y sobre todo dejarse aprender de ellos.