lunes, 11 de febrero de 2019

Oeste del Taillón Invernal 3144m


Comienza un nuevo año. Y como darle mejor inicio al 2019 si no es haciendo un viaje de aventura a pirineos con mi gran amigo Cristian.
Poco a poco nos hacemos mayores, pero la ilusión por vivir la aventura, por evadirnos del mundo, y por despreocuparnos durante unos días de todo aquello que no sea lo primitivo y lo esencial, sigue latiendo con fuerza desde lo más profundo de nuestras raíces.
Con Cristian empezó todo hace mucho tiempo. Una persona ejemplar en muchos aspectos importantes de la vida. Fue un importante pilar en mi formación como persona y escalador. De él aprendí grandes cosas, pero por encima de todas ellas, aprendí a luchar por causas imposibles, causas perdidas, objetivos inalcanzables y contra todo pronóstico. Sin quererlo, Cristian me aleccionó con su ejemplo y espíritu guerrero, al lograr superar situaciones muy complicadas a nivel personal y deportivo. Es el compañero de cordada más noble que puedas echarte a la cara.
Ahora mismo se encuentra encerrado en los estudios, opositando duramente para bombero. Lleva tres años a machete, lo que le ha hecho desconectar mucho de todo lo demás. Motivo por el que desgraciadamente no he podido compartir apenas aventuras con él en todo este tiempo. Es por eso que valoro como oro en paño todo el tiempo que podamos pasar juntos en la montaña.

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*1 de Enero del 2019:

Después de horas de carretera conduciendo de noche, pasamos por delante de Torla. Nostálgico, me doy cuenta que la última vez que habíamos estado juntos en Pirineos fue con 16 años, ¡Hace 7 años! Cristian se sorprende tanto como yo. El tiempo pasa, y hay que aprovecharlo.
Sobre las 24:00 horas llegamos al parking de Bujaruelo. Nuestro coche era el único. Aparcamos y montamos la tienda de campaña. Preparamos los termos con té y café para el día siguiente, y nos acostamos tan pronto como podemos.
Pasamos una noche incómoda por el ruido que el viento provocaba en la tienda de campaña. Además, las fuertes rachas pegan justamente de mi lado, y la pared de la tienda me presiona el cuerpo desvelándome continuamente.

*2 de Enero del 2019:

A las 4:30 suena el despertador. Desayunamos, preparamos los macutos, y comenzamos a caminar tras la luz de las frontales.
Tras larga caminata de más de 3 horas sin descanso, divisamos las paredes norte y oeste el Taillón. Una larga rampa nos separa del comienzo de la goulotte. Observamos tres posibles rutas, y nos dirigimos a la central, parece la más difícil y divertida. Nos ponemos los crampones y tiramos hasta el inicio.

Como yo tengo más experiencia, me ofrezco para hacer el primer largo y la toma de contacto con el hielo. Cristian, desde un lugar seguro de impactos de hielo me asegura y comienzo a escalar. El hielo se encontraba en un estado espléndido y este primer tramo resultó ser más fácil de lo que me esperaba. Subí 60 metros corriendo y apenas asegurándome con un par de tornillos. Llegué a una reunión de clavos y recuperé cuerda.

Cuando llega Cristian, le ofrezco darme otro largo, ya que este siguiente era el más difícil de toda la vía. Me lo cedió sin problemas.
-Tío, ¿has escaldo en hielo alguna vez algo tan vertical como esto?, -Sí. (Me responde).
Desde Marzo, cuando fui a Canadá hacía que no escalaba hielo, y tuve una pequeña pelea con aquel largo, que resultó ser más apretado de lo que pintaba desde abajo.


Cuando le toca a Cristian escalar de segundo, tras un rato de lucha me pide que le tense fuerte las cuerdas. Cuando se ha escalada poco hielo, cuesta mucho gestionar la energía en un largo tan vertical, incluso haciéndolo de segundo. Cuando se junta conmigo en la reunión me dice que es el largo de hielo más difícil que ha escalada en su vida y que estaba flipando con lo cansado que tenía los brazos. No se lo esperaba. Yo le explico, que en el hielo, los largos siempre son mucho más difíciles de lo que parecen.

Él tira de primero por una campa unos 50 metros, me recupera cuerda y nos unimos. Monto una reunión con 2 clavos.

 

Cristian, pese a sus sensaciones, me dice que éticamente no puede permitirse escalar una montaña entera de segundo, y se prepara para el siguiente largo.
Se trataba de un resalte casi vertical de 8 metros.

Cuando lleva 4 metros escalados, mientras estaba golpeando el hielo con el piolet derecho, se le escurren los pies, y todo su cuerpo se precipita mientras consigue parar la caída del único punto que le une a la pared, el piolet de la mano izquierda. Se queda colgando de un brazo como si nada y rehace su postura. Se relaja y termina el largo decentemente.

Pese a que yo estuviera parado en la reunión, Cristian consiguió que mantuviese el calor corporal de la tensión que me hizo pasar.
El resto de la vía eran largos sencillos de mixto y campas de nieve. De modo que escalé de primero hasta que se terminó la cuerda y Cristian salió detrás de mía en ensamble y recogiendo seguros hasta que pude asomar la cabeza por la otra vertiente y divisar el espléndido paisaje de 360 grados que nos rodeaba.
Hacía sol, pero también un gélido viento que provocaría una sensación térmica mínima aproximada de -10ºC

Tras un pequeño paseo por la arista cimera coronamos la cumbre del Taillón (3.144m) Curiosamente es el primer tresmil que hacemos juntos. 
Cristian García y Javi Guzmán en la cima del Taillón 3.144m


(La última vez que intentábamos un tresmil juntos fue el Vignemale cuando teníamos recién cumplidos los 16 años, y a causa del mal tiempo y la falta de experiencia no pudimos con aquella montaña).
Bebimos un poco del té que nos quedaba en el termo y con cuidado iniciamos el descenso por la empinada ladera que nos devolvería al inicio de la vía.

Llegamos al coche con tiempo para ir a comer a Broto. En apenas 9 horas y 40 minutos pudimos hacer la actividad desde el coche hasta la cumbre y vuelta, con cerca de 2.000 metros de desnivel positivo. Una palizilla.
En breves Cristian estará currando 5 días al mes y cobrando un buen sueldo que le permita viajar cuanto quiera. Mientras tanto aquí estaré yo ansioso esperándote, en la montaña, en el lugar que me hace soñar despierto. Hasta muy pronto amigo.


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