miércoles, 4 de abril de 2012

Expedición al Mondalindo

*Día 2 del 4 de 2012:

Esta excursión fue algo especial, no sólo porque íbamos más amigos de lo común, sino porque además, en esta salida nos acompañaron un par de novatos.
A las 9:30 estábamos preparados: Borja Onsurbe y Mikhail Yefimenko (los novatos), Alex Fernandez, Cristian y Javi.
Empezamos a andar por un fácil camino que atraviesa dehesas, cotos de caza y cruza ríos.

Las nubes amenazadoramente cargadas, nos rodearon durante todo el trayecto.
 En una hora ya habíamos llegado a Miraflores de la Sierra, y sin meternos en el pueblo pasamos de largo y continuamos el camino que se iba volviendo más verde y elevado. Se nos echó una lluvia encima pero tan rápido como llegó se fue.


A los 13 kilómetros andados nos topamos con la carretera que conecta Miraflores con Bustarviejo y caminamos calle arriba hasta encontrar un parque dentro del pueblo donde pudimos tomar un aperitivo.
Enseguida retomamos la marcha, y en un instante ya estábamos al pie de la montaña. Subimos por un continuo y estrecho camino lleno de maleza que teníamos que estar apartando para abrir camino. Pronto dejamos los últimos pinos atrás y el terreno se volvió más inclinado. La altura de la vegetación ya no superaba nuestras rodillas. Salimos a un claro bien alto y ya pudimos contemplar nuestro alrededor desde las alturas y andar más cómodamente.
Fijamos la cima ahora, ya que se veía con claridad, y anduvimos hacia ella.


Las vistas eran sencillamente espectaculares. Enseguida todos alcanzamos la cima, consiguiendo así, en equipo, el Mondalindo (1.831m), siendo esta la primera de las muchas montañas que Borja y Misha lograrán.

Comimos disfrutando de las vistas merecidas después de haber andado ya 20 kilómetros.
Comenzamos el descenso dirigiéndonos hacia el valle donde se encuentran las minas de plata de Bustarviejo.


El valle por el que descendimos hasta coger el camino era bastante más verde que el resto de la seca montaña, con caminos estrechos de piedras sueltas.
Paramos a ver un poco la zona de la mina de plata y seguimos el camino por el que habíamos andado aquella misma mañana.
Tuvimos la gran suerte de poder ver a unos 5 ciervos salir del bosque corriendo y cruzar el camino, pasó en un abrir y cerrar de ojos, por lo que no pudimos hacer ninguna foto.
El cansancio ya se iba notando en las piernas y algunos andaban con molestas ampollas que entorpecían y ralentizaban el paso.


Ya felices y agotados llegamos a Guadalix  habiendo andado así 40 kilómetros con el objetivo, de llegar todos sanos y salvos de la cumbre, cumplido.  


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