*Día 14 de
agosto del 2015:
Después de nuestro
fallido intento al Peña Telera por la mañana a causa de una atmósfera revuelta,
decidimos centrar nuestra actividad en un plan más cómodo para aprovechar el
tiempo de luz que nos queda.
Esta vez ha
tocado en el arbolado valle de Lasieso. Caminamos hacia “Gruyere”, lo que según
la guía, es una placa de 5 estrellas, 120 metros, equipada con parabolt, y con
una dificultad de hasta 7b, abierta en 1987 fue la primera vía de la zona.
Además ponía que en 15 minutos estaríamos al pie de la vía.
El plan tenía
buena pinta, de modo que allá que vamos…
El camino es
fácil, hay que seguir la pista hasta que da la opción de cruzar campo a través
para evitar el rodeo de las “eses”. Siguiendo esta sendita rápido nos vemos en
las entrañas de una jungla llena de vida y frondosa vegetación de colores
fuertes. Hay tantos árboles que apenas dejan pasar la luz del día al interior
del bosque. Todas las plantas luchan trepando por lo alto de los troncos para
llegar las primeras a recibir algo de luz.
Confirmando
la nefasta información de la guía hemos tardado una hora en llegar. Los últimos
metros son de lo más incómodo, deja de haber senda, es campo a través,
apartando plantas con pinchos, en cuclillas y con un suelo de piedras sueltas
por el que patinan los pies. ¡Ya puede ser buena la vía para que la den de 5
estrellas!
Nos cuesta algunos
minutos descifrar por donde va el itinerario. Creemos que es este, no puede ser
otra cosa. Veo lo que parece ser un pequeño parabolt antiguo a 8 metros y me
meto por ahí.
Los primeros
metros están llenos de vegetación y cuando chapo el seguro lo que me queda por
delante es una placa lisa y limpia.
A medida que
voy progresando me doy cuenta de que no hay casi donde proteger… me chapo a un
puente de roca antiguo con una pinta horrorosa, consigo encontrar en la roca un
par de orificios a más altura y hago otro puente de roca con una cinta de dynema
(menos mal que llevaba algo de material de sobra), luego más arriba laceo la
ramita de un arbusto y me chapo. Escalo muy templado y con mucho cuidado, esto
no era lo que esperábamos ni mucho menos lo que ponía en la guía. Finalmente me
chapo a un spit podrido. Por si fuera poco de repente mi cara se encuentra
sorprendida a la altura de un panal de avispas, una sale flechada hacia mí y me
pica en toda la cara, yo en una situación complicada y chapado a un par de
seguros precarios unos metros por debajo veo como salen sus amigas y no sé cómo
salgo escopetado hacia arriba y me chapo a la reunión en milésimas de segundo. Después
de 40 metros de largo me fijo bien en la reunión a la que me he chapado:
¿¿Qué es
estooo??, ¿Cómo que vía equipada con parabolt?. Le digo a Luispa que suba.
Puente de roca instalado en la vía para asegurarse en caso de caída (que miedito) |
Eso sí, hay
que decir que la caliza era excelentísima y bien adherente, situada en uno de
los paisajes más tranquilos y naturales que hayamos escalada hasta la fecha en
el pirineo. Daba gusto subir por esta roca una vez te conseguías quitar de la
cabeza la posibilidad de caerte.
El siguiente
largo es el 7b, este ya se pone más serio y convierte la escalada en una cosa
más vertical y de agarres romos, algunos de los cuales estaban mojados. La
lucho todo lo que puedo. Esta escalada es un peligro, todo de lo que me chapo
está flojo y tambalea, a dos chapas de llegar a la “R” no puedo más y antes que
entrar en el azar de la caída decido acerar esos 3 últimos metros.
Luispa apretándose el 7b de la vía |
El último
largo resulta ser un expuesto pero excelentísimo muro vertical o incluso un
poco extraplomado con buenos agarres algún que otro paso de colocarse bien y
una salida técnica a la placa.
Finalmente
iniciamos el rapel en unas anillas que están de pena, pero en dos cómodos rápeles estamos abajo.
Llevamos
tiempo aprendiendo que la información que te proporcionan tanto de las guías
como otras fuentes hay que tomársela como un punto de vista orientativo, pero
nunca depositar en esto toda nuestra fe. Hay cosas que corregir y matizar por
todas partes. Si somos capaces de tener criterio propio y confiar en lo que
sentimos nos ahorraremos muchos quebraderos de cabeza.
“No eches
raíces, no te establezcas. Cambia a menudo de lugar, lleva una vida nómada,
renueva cada día tus expectativas” Chris McCandless.
Que mieditoooooo!!!!!
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