miércoles, 4 de julio de 2012

PEÑÓN DE IFACH (332 metros de compromiso)

 *Día 28 de junio del 2012:


Empezado el verano nos fuimos de Madrid en lo que tardamos en hacer las maletas…
Nuestro objetivo era escalar el Peñón de Ifach, una mole rocosa de 332 metros de altura. Con todo preparado cogimos el autobús que nos llevó al metro y este nos dejo en la casa de los tíos de Cristian, (los dueños de la casa donde nos hospedaríamos). Debido a que estaban de mudanzas fuimos apretados en el coche cinco horas hasta llegar a Calpe…
Según se acercaba el coche finalmente al destino, se fue asomando el poderoso peñón con sus imponentes paredes verticales e incluso desplomadas. 

Nada más llegar, cargamos lo justo en las mochilas y nos juntamos con Fran Lucas, que es nuestro amigo escalador con el que habíamos quedado en Calpe para las salidas de estos días.
Fuimos a dormir a pié de vía, o por lo menos a intentarlo, dado que apenas pudimos dormir una hora entre la molestia de los aspersores saltando, las gaviotas sin dejar de hacer ruido, la calurosa e incómoda humedad y los nervios de la escalada.
*Día 29 de junio del 2012:
Nos despertamos a las 6 de la madrugada y preparamos todo, iba a ser una escalada seria y además la primera de la temporada, así que no podíamos perder detalle de nada.

Con todo preparado dimos el rodeo que hay que hacer para comenzar con la vía. Queríamos hacer Virginia Díez, una vía de 6b+ con opción a salir por la de Polvos mágicos, (una vía más sencilla por la que nos podíamos meter en caso de que nos falle el coraje allí arriba).
Lucas se dio el primer largo que salía en IV de 35 metros, con roca descompuesta con la que no podías afianzar una mano totalmente segura, pero sencillo. Montó la reunión y Cristian y Javi subieron arriba.
Lucas se quiso dar también el segundo largo, que salía en una divertida fisura de 6b de 30 metros.


 Con esta llegamos a la reunión situada al pié del tercer largo, una escalada de placa vertical de 6b de 30 metros que en esta ocasión abrió Javi. Nos estaba resultando una escalada cómoda de asegurar porque se hacía constantemente desde terrazas amplias.
Poco a poco se iba haciendo notar la altura, y la agobiante ola de calor sahariano hacía pasar factura, sobre todo porque no subimos en agua.
Cristian se dio el cuarto largo de VI+ de 40 metros con roca algo descompuesta y en el que solo se podían meter dos seguros.
Ya allí arriba nos pareció mejor idea salir por Polvos mágicos dado que era el primer día y nos había sido suficiente ya lo hecho por el momento. Y por último, Lucas se dio el último largo que salía en V de 25 metros dejándonos con las espectaculares vistas del hombro del peñón. Allí arriba nos tuvimos que desencordar y subir lo que quedaba de terceros y cuartos hasta llegar a la cima contentos y orgullosos de haber cumplido con éxito un reto planteado tiempo atrás.

Estos 150 metros de escalada solo fue como se nos presentó el principio de uno de los posibles mejores veranos hasta el momento.
 

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