Nuestro objetivo
era escalar el Peñón de Ifach, una mole rocosa de 332 metros de altura. Con todo
preparado cogimos el autobús que nos llevó al metro y este nos dejo en la casa
de los tíos de Cristian, (los dueños de la casa donde nos hospedaríamos).
Debido a que estaban de mudanzas fuimos apretados en el coche cinco horas hasta
llegar a Calpe…
Según se
acercaba el coche finalmente al destino, se fue asomando el poderoso peñón con
sus imponentes paredes verticales e incluso desplomadas.
Nada más
llegar, cargamos lo justo en las mochilas y nos juntamos con Fran Lucas, que es
nuestro amigo escalador con el que habíamos quedado en Calpe para las salidas
de estos días.
Fuimos a
dormir a pié de vía, o por lo menos a intentarlo, dado que apenas pudimos
dormir una hora entre la molestia de los aspersores saltando, las gaviotas sin
dejar de hacer ruido, la calurosa e incómoda humedad y los nervios de la
escalada.
*Día 29 de
junio del 2012:
Nos despertamos
a las 6 de la madrugada y preparamos todo, iba a ser una escalada seria y
además la primera de la temporada, así que no podíamos perder detalle de nada.
Con todo
preparado dimos el rodeo que hay que hacer para comenzar con la vía. Queríamos
hacer Virginia Díez, una vía de 6b+ con opción a salir por la de Polvos
mágicos, (una vía más sencilla por la que nos podíamos meter en caso de que nos
falle el coraje allí arriba).
Lucas se dio
el primer largo que salía en IV de 35 metros, con roca descompuesta con la que
no podías afianzar una mano totalmente segura, pero sencillo. Montó la reunión
y Cristian y Javi subieron arriba.
Con esta llegamos a la reunión situada al pié
del tercer largo, una escalada de placa vertical de 6b de 30 metros que en esta
ocasión abrió Javi. Nos estaba resultando una escalada cómoda de asegurar
porque se hacía constantemente desde terrazas amplias.
Poco a poco se
iba haciendo notar la altura, y la agobiante ola de calor sahariano hacía pasar
factura, sobre todo porque no subimos en agua.
Cristian se dio
el cuarto largo de VI+ de 40 metros con roca algo descompuesta y en el que solo
se podían meter dos seguros.
Ya allí
arriba nos pareció mejor idea salir por Polvos mágicos dado que era el primer
día y nos había sido suficiente ya lo hecho por el momento. Y por último, Lucas
se dio el último largo que salía en V de 25 metros dejándonos con las
espectaculares vistas del hombro del peñón. Allí arriba nos tuvimos que
desencordar y subir lo que quedaba de terceros y cuartos hasta llegar a la cima
contentos y orgullosos de haber cumplido con éxito un reto planteado tiempo
atrás.
Estos 150
metros de escalada solo fue como se nos presentó el principio de uno de los
posibles mejores veranos hasta el momento.
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