Tras un par de años de incesantes viajes y actividades
dispersas por el mundo, me apeteció disfrutar más de lo que tengo en frente de
casa, y más en concreto, me entró el gusanillo por explorar mi límite en el
peculiar estilo de escalada que ofrece La Pedriza.
Me veo motorizado por una incontrolable motivación que viaja
mucho más allá del simple deseo por conquistar pequeños muros de apariencia
inaccesible. Pues se me antojan sueños en forma de grandes e imposibles paredes
de granito.
Por suerte, hace tiempo aprendí que lo difícil se hace, y lo
imposible se intenta, hasta que pasa simplemente a convertirse en algo difícil,
y por tanto realizable. Eso sí, a precio de esfuerzo y constancia.
En otras palabras: la idea de adquirir un alto nivel en
escalada para luego transferirlo a las grandes montañas es lo que me
proporciona el auténtico empuje.
Hace ya tiempo que observaba con un respeto casi intimidante
muchas de las vías más difíciles de La Pedriza, y consideré que ya iba siendo
hora de mirar todas estas vías más bien desde arriba. Este es mi deseo aquí.
……….
La difícil ecuación de encontrar buenas condiciones
Aquí en La Pedriza, es preciso disponer de unas condiciones
lo más perfectas posibles a la hora de proyectarse en escalar una vía dura con
pretensiones de encadenar. Por eso es importante tener claro el objetivo, e ir
a por él sin titubear cuando se abren estas ventanas de atípicas condiciones.
Supuestamente, como mejor se agarra la goma del pié de gato al
granito, es a una temperatura de entre 0 y 5ºC. Esto se puede dar fácilmente en
una cara norte a la que no le toca el sol. Pero por desgracia, la mayoría de
las vías de la pedriza se encuentran ubicadas en orientaciones sur, lo que hace
aún más difícil encontrar las condiciones de estas vías, porque además, se
convierten en algo imprescindible los días nublados a la hora de escalar en estos
muros.
Lo malo es que las nubes cargan con potenciales lluvias, y si
llueve, la pared se convierte en una pista de patinaje. A esto aún abría que
añadirle que una humedad en el ambiente relativamente alta, actúa en contra de
la adherencia de la goma del pie de gato y de la piel de los dedos de las manos.
Cuando consigues todas estas condiciones ya sólo quedaría
meterse en la vía, memorizar los movimientos (por lo general de pies, cuyas
presas no se diferencian fácilmente del resto de la pared), vencer la barrera
técnica de la vía, luego la física, y finalmente la mental.
Por lo general, aquí se escalada de una manera precaria,
sobre equilibrios que a veces casi parecen desafiar las leyes de la física, con
apoyos ridículos para las manos, aguantando un incesante ardor en los gemelos
de las piernas que va in crescendo, y a esto sumándole la tensión que originan
las pocas ganas de sufrir una caída por distintos motivos; los vuelos habitualmente
son largos y generalmente no demasiado limpios, ya que los pasos difíciles
suelen ser obligados (con el seguro bajo los pies), y habitualmente las chapas
además suelen estar lejos. Eso sin hablar del peso psicológico que supone tener
que volver a pasar por secuencias de escalada que ya habías conseguido ejecutar
con tanto esfuerzo.
Muchas de las veces haces movimientos en los que la certeza
no se manifiesta, pues es imposible saber al 100% o incluso al 50% si
resbalarás o no. Esta incertidumbre no se da fácilmente en otros tipos de
escalada, con lo cual, para lograr un encadenamiento, aquí, te enfrentas a una
batalla más de lo normal. Por eso le llaman la escalada de “fé”. Creer en ti y
apostarlo todo porque cada paso te saldrá perfecto, es inherente a este estilo
de escalada y forma parte de la técnica mental que se necesaria.
Sólo si has escalado vías de adherencia en La Pedriza, puedes
comprender que alguien con un gran nivel (como de 8c), pueda caerse en una vía
que a priori debería poder hacer con los ojos vendados y una mano atada a la
espalda (como un 6a). Que ocurra esto en otros estilos de escalada sería algo
impensable a la par que casi imposible. Sin embargo, aquí en La Pedriza, es
algo bastante frecuente. Es un tipo de escalada que puede hacer sentir incómodo
al escalador más experto, además de ser extremadamente incompatible con el ego
en grandes dosis. Hay que estar preparado para la frustración, el desengaño y
para mostrar una actitud de aprendizaje desde los niveles más básicos. Con lo
cual sobran motivos para llegar a la conclusión de por qué la adherencia
pedricera no se pone de moda, como pasa es muchos lugares, pese a su grandísima
calidad y variedad.
……..
*Diciembre:
Como en todo, lo más difícil es empezar.
Para mi primer octavo de la temporada pedricera 2018-19,
elegí la vía “Alexia de Galaxia”. Un estético y delicado espolón romo ubicado
en el margen izquierdo del risco de la peseta. Esta joya, equipada por Talo,
aún no contaba con nadie que la hubiese escalado en sus dos versiones. Ya que
aunque la vía hubiera sido equipada en su origen para escalarse por el lado
izquierdo, se habían encontrado secuencias para poder hacerla de una manera más
sencilla (versión 7c+), montándose por la placa de la derecha y volviendo a la
línea un par de veces consecutivas. Así es como casi todo el mundo que ha
encadenado esta vía la tiene hecha. Sin embargo, por las durezas que conlleva escalarla
únicamente por el filo, solamente habían pasado unas tres personas, proponiendo
grados de hasta 8b. El mismo equipador de la línea no pudo hacerse con esta
versión.
Yo hace años la había hecho en su versión fácil, y me quedó
pendiente volver a por la dura. De modo que para allá que fui.
En el primer pegue que le di, me costó horrores llegar a la
reunión, y hubieron secuencias que ni siquiera pude sacar. Aquel día me fui a
casa con la sensación de haberme aventurado en un proyecto por encima de mis
posibilidades. Sin embargo la belleza de esta vía me resultó magnética, y volví
a los dos días. Aquella segunda vez, ya pude sacar todos los pasos de una
manera más sólida e incluso la hice con una caída.
Si la escalaba demasiado temprano, la humedad del rocío de
por la mañana le afectaba malamente a la roca, pero sin embargo, pasadas las
12:30 del mediodía aproximadamente, el calor hacía que la vía perdiera el tacto
y comenzaba a patinar por todos lados.
Tuvo que
ser bajo el aseguramiento de mi amigo Raúl, al cuarto día y noveno pegue en
total cuando ya, con todas las secuencias meticulosamente descifradas al
dedillo y a sabiendas de los horarios óptimos para escalar la vía, cuando pude hacerme con ella. Me pareció sin
lugar a dudas un buen 8b. La fé en los pies había sido recuperada.Javi Guzmán en "Alexia de Galaxia 8b" |
Javi Guzmán en "Alexia de Galaxia 8b" |
Lograr la primera vía dura de la temporada inevitablemente me
motivó para ir a por la siguiente.
Quise ganar más referencias de manera inmediata para poder
graduar con buen criterio la “Alexia de Galaxia” y aproveché el primer día que
dieron nublado para ir con Rubén al sector Torabora a por la vía “Hermanos Malasombra 8b”. Una placa de 25 metros con una entrada muy vertical de micro regletas
netas para seguir por un muro más tumbado y delicado de pies, que transcurre en
su último tercio por una sección más sencilla pero con alejes de hasta 4
metros.
Años atrás, me había
metido en tope en esta vía y me fui con la sensación de necesitar varias vidas
para poder hacerla.
Pese a que no hacían
las mejores condiciones de temperatura y humedad, en un par de pegues la pude
descifrar bastante bien y sentir un franco optimismo en cuanto a encadenar esta
vía en muy pocos pegues.
A los dos días volví, la monté y le di un pegue muy bueno con
una caída. Al siguiente pegue y con el aseguramiento de Angelete me la llevé,
(5 pegues en total).
Sentí que
mi límite aún se podía empujar bastante mñas. Me vi muy cómodo encadenando,
mucho mejor incluso que en la Alexia de Galaxia.Javi Guzmán en "Los Hermanos Malasombra 8b" |
Fui a por la siguiente:
“Kan
Kongo directa 8a+” Una de las vías peor equipadas de la pedriza. Entra común
con Inuit, y luego transcurre por un par de desplomes con una sección a bloque
en cada uno de estos. Chapar el quinto seguro da miedo, tiene un aleje absurdo
en mitad de un paso y con una caída que podría empotrarte bajo el primer
desplome, jugándote un buen golpe entre las tibias y la cabeza. Por suerte la
hice al tercer pegue y no llegué a comprobar esa caída.Javi Guzmán en "Kan Kongo directa 8a+" |
*Enero:
Y como dicen que en la variedad está la diversión, también
subí andando una horita hasta en tres ocasiones para hacerme en 8 pegues con la
“Pa lolos 8a”.
La
exigencia de esta vía no reside únicamente en el grado, pues pertenece a la
sombría cara norte del Castillo, que se encuentra a unos 1500 metros de
altitud, y exige escalar bien abrigado, soportando el gélido viento del
invierno y apenas sintiendo las yemas de
los dedos. Apartada de las vías comerciales, está completa línea la podríamos
desfragmentar en: tres tercios de escalada de continuidad desplomada y de
canto, sobre un grado cercano al 7b+, con un final a bloque, explosivo, de
fuerza y precisión, que eleva la dificultad a 8a duro.Javi Guzmán en "Pa Lolos 8a" |
Si sale un día nublado, se debe ir religiosamente a cara sur,
que pocas oportunidades salen.
Esta vez fijo el objetivo en el conocido risco del Reloj, con
la vía “Sambarilux 8a+”.
Por suerte, aquel día estaba con compañeros que me pudieron
contar un poco de qué manera hacían ellos las secuencias duras.
Al probarla, me sorprendió lo física que era esta vía pese a
que fuera un muro vertical. Mezclando a su vez un estilo de regletas pequeñas y
muy pequeñas aunque netas, con una precisión milimétrica de pies. Esta vía de
continuidad, con las primeras cuatro chapas muy duras, hizo que me exprimiera
al máximo para poder encadenarla en el día. Bien será uno de los tres mejores
8a+ de La Pedriza, sin duda.
Después del largo pegue de reconocimiento y haber caído
varias veces tras pasar encadenando casi todo lo duro, me había reventado 4 yemas,
y tenía los dedos ensangrentados y sin piel. Pero ahí estaba la vía, con las
cintas puestas, los movimientos perfectamente asimilados en el cuerpo e
introducidos en la cabeza, y con las condiciones perfectas. No sabía cuándo
volvería a presentarse la oportunidad de otro día nublado en el que pudiese
subir aquí. Si me iba sin encadenar, al menos que no fuese por no haber agotado
hasta el último de los cartuchos.
Llegaba el final del día, y ya estaba tan cansado y ensangrentado, que cuando Sergio me vio vendándome los dedos para darle un último pegue, no daba crédito. -Si la encadenas ahora te hago un busto de bronce. (me dijo) –Ve encargándolo. (respondí).
Y viendo
venir que pasaría lo inevitable, lo más improbable se convirtió en la realidad.
Encadené. No por ser buen escalador, ni por ser súper técnico, ni estar muy
fuerte. Si no por ser constante, luchador, y por no dejarme sumergir en la
fácil idea de abandonar. Eso hubiera sido demasiado cómodo. A veces, luchar aún
sin opciones es justo lo que marca la diferencia.Llegaba el final del día, y ya estaba tan cansado y ensangrentado, que cuando Sergio me vio vendándome los dedos para darle un último pegue, no daba crédito. -Si la encadenas ahora te hago un busto de bronce. (me dijo) –Ve encargándolo. (respondí).
Javi Guzmán en "Sambarilux 8a+" |
*Febrero:
Hasta que me propongo el siguiente proyecto pasa un tiempo.
Pues entre curro, viajes y concentraciones con el Equipo Nacional, he andado
por el levante, Freissinieres (Alpes franceses) escalando en hielo y esquiando,
Montsant (Cataluña) haciendo escalada de auto protección, etc.
Ya de vuelta en casa, Aitor Bárez me propone batir el actual record de
octavos por temporada en La Pedriza, que tras preguntar a los colegas y entendidos, parece que es de Josete Rodríguez y hasta donde sabemos se encuentra en 10 vías de octavo en total.
Me parece una buena iniciativa a nivel personal
para obligarme a encadenar máximo número de vías de dificultad en un periodo de
tiempo relativamente corto.
No solo me interesa hacer vías exigentes, además me gustaría
hacerlas lo más variadas posibles. De modo que, como vía exótica se me ocurrió
la “Barbosa CracK 8a+” del muro del Pirata. Una curiosa y estética vía que
comienza por una fisura roma para luego salir por un canalizo que premia la
técnica.
En el primer pegue que le di a vista, resbalé llegando a la
cuarta chapa y la caída me llevó a parar al tronco cortado del árbol que se
encuentra detrás. Me pegué un buen golpe en el coxis y mi compañero Angelete se
asustó bastante. Aun así, no me hice demasiado daño. Me remonté por la cuerda y
terminé de mirarme la vía. En los pegues siguientes, pasaba por la sección de
la cuarta chapa con un poco de pánico hasta que chapaba el seguro que me
quitaba la posible caída al árbol.
La fisura
es cóncava y precisa de guantes de fisura y buen tejemaneje de pies para no
dejar demasiada carga en los empotramientos, pues podrían escurrir sin previo
aviso (como me pasó en el pegue a vista). Lo más duro está en pasarse al amplio
canalizo mediante un paso a bloque, y aguantar una serie de movimientos
técnicos y mantenidos hasta la cadena. Al final esta vía me llevó 7 pegues.Javi Guzmán en "Barbosa Crack 8a+" |
*Marzo:
Tras 10 días haciendo alpinismo en pirineos, estaba motivado
para ir a por la 7ª vía.
Este día, todo fue muy extraño. Cambiamos los planes a última
hora porque de repente, ya en el parking de Cantocochino, se nubló el cielo y decidimos
aprovechar para ir al Hueso y darle a la “Artherencia
8b”. Llevaban tiempo insistiéndome para que hiciera esta vía. Incluso la
puede probar en una ocasión con malas condiciones.
Mientras nos preparábamos para salir, me encontré en el
parking con el fotógrafo que llevaba tiempo intentando quedar, y que precisamente
había pensado varias veces en llamarle cuando fuera a escalar al hueso. Le
pregunté que a dónde tenía pensado ir, y me contestó que a echar fotos al
hueso. En aquel momento me dieron la vuelta los ojos y lo sentí como una señal,
¡hoy es el día!
Fuimos para allá. Y tras matizar la vía y fijarle la cuerda
al fotógrafo, se puso a llover. No con fuerza, pero sí casi como hacerme perder
la ilusión.
Ya que estábamos allí, y el fotógrafo se encontraba colgado
de la cuerda a unos 20 metros, me metí en la vía para quitarme de encima el
tema de las fotos.
Qué sorpresa me llevé cuando pese a la llovizna, únicamente
me caigo una vez… Me quedo pensativo en la reunión y le digo a Violeta, que me
aseguraba: -¿Debería ser responsable y darle otro pegue verdad? -¡Claroo!, me contestó
ella. No me lo pensé más y le dije que me bajara. Al rato, ya descansado, pero
con un constante chispeo, me ato a la cuerda, me quito el chubasquero, y me
dispongo a hacer lo imposible. Desde aquí puedo ver al mismísimo Rana metido en
un 7b+ del Gálvez. Estaba blasfemando por la lluvia y desmontando la vía ante
la imposibilidad de escalar con estas condiciones. Yo, sin embargo no me dejo
influir y digo: -Lo que tenga que ser será. Si me caigo no será por no haberlo
dado todo.
Comencé a escalar la multicolor placa de continuidad. Cuando
llego a lo duro, siento como el pie más precario de la vía se queda inmóvil, y
paso desapercibido por la precaria sección de la quinta y sesta chapa. Noto
humedad en las manos, pero tal y como me había prometido voy fiándome al 100%
de los pies que elijo. Me sorprendo de estar pasando por ahí sin resbalones.
Abajo, Violeta se tiene que quitar las gafas de asegurar porque se le llenan de
agua y no puede verme bien. Cerca de la cadena voy apretando con todas mis fuerzas
hasta la más mínima de las regletas para prevenir el resbalón de un pie. Hago
un esfuerzo por mantener a ralla las pulsaciones en los últimos movimientos, a
sabiendas de que nunca que puede dar nada por encadenado hasta que has chapado
la reunión, y menos en una placa de adherencia.
Increíble pero cierto. No lo concebía. En un total de 6
pegues me había hecho con esta mítica, mágica, y admirada vía de cuento de
hadas. Una prueba más de que con el poder de nuestra actitud podemos lograr
cosas increíbles y contra todo pronóstico.
Javi Guzmán en "Artherencia 8b" |
*Abril:
Y por qué no meternos en la segunda placa más dura de la
pedriza. Nada se pierde por probar. De hecho, todavía no se me ha resistido
ninguna vía de las que haya probado aquí.
Pues vamos de nuevo a la Peseta. Esta vez a por la “Inuit 8b+”. Una vía cuyas 4 primeras
chapas son un auténtico infierno que exige flexibilidad, decisión, velocidad,
coordinación, precisión nanométrica, fuerza… y todo eso en las 4 primeras
chapas. La mayoría de los pies son medio decentes el primer segundo, a partir
de ahí se te empiezan a hacer malos, y al pasar la frontera de los dos segundos,
el pie caduca la mayoría de las veces. Para la segunda parte, lo que la vía
requiere es de sangre fría y calma. Ya solo será 7b, pero los nervios juegan en
tu contra.
El primer día que me meto en ella, me voy a casa sin haber
podido enlazar ni dos movimientos seguidos. Me parece una brutalidad, y de no
ser porque me he visto muchas veces en la misma situación y me tengo más que demostrado
que con todo se puede, habría pasado a hacer otra cosa.
El
segundo día, ya consigo ir de chapa en chapa. Aunque fuera con varias caídas,
pero sintiendo que me quedo un poco mejor en cada pie. El tercer día consigo
hacerla con un par de caídas hasta la reunión. Y el cuarto día, tras hacerme
dedales de esparadrapo en cuatro yemas reventadas y sangrantes a causa de
apretar tantas veces los insignificantes cantitos, caerme con la cuerda en la
mano chapando la cuarta por un fallo que me dejó a medio
metro en el suelo, y con el estrés de ver cómo se iba mi última oportunidad
porque empezaban a subir las temperaturas a partir del día siguiente; conseguí
concentrar todas mis capacidades y convertirme por cinco minutos en mi mejor
versión. Dando uno de los mejores pegues que he dado nunca a una vía. 15 pegues
fueron en total los que hicieron falta para transformarme en el escalador que
necesitaba ser para lograr encadenar esta vía.Javi Guzmán en "Inuit 8b+" |
“Saratoga
8a”en la Muralla Kumbaya
Javi Guzmán en "Saratoga 8a" |
“Kan Kongo
II 8a+” en la Peseta (concluyendo el último octavo que me quedaba en el
risco y convirtiéndome en el primer encadenador de todos los octavos de La
Peseta)
Javi Guzmán y Rafa Gómez haciendo doblete en "Kan Kongo II 8a+" |
Ya se acercaba una época más calurosa, y jugaba a contra reloj para poder rascar mis últimas tentativas antes de que las pocas condiciones que iban quedando desaparecieran del todo.
No me quedó más remedio que recurrir a cotas más altas,
orientaciones norte, y a una de las zonas más frescas de la pedriza, (La Raja).
“Orquídea
Salbaje 8a” en el Reloj
“Edad de
Pierda 8a+” en la quinta Buitrera
Javi Guzmán en "Edad de Piedra 8a+" |
y “Pollitas Felices 8a” en La Raja
Javi Guzmán en "Pollitas Felices 8a+" |
Cada vía tenía su propio carácter, y por consecuencia, me
veía en una particular lucha de la que salía con nuevas lecciones aprendidas y
más conocimiento. Solo una vez aprendido todo lo que la vía tiene que enseñarte
es cuando eres apto para encadenar. Entonces es cuando vas en busca de nuevas
lecciones a nuevos proyectos. Es así como yo veo la escalada.
Digamos que la entrega de la suela de oro por la Orden Del
Tumbao, podría marcar el final de la temporada.
La celebración tuvo lugar en Junio, y asistí invitado como
nominado al prestigioso reconocimiento por la temporada.
El evento concluyó con Carlos Ruano como ganador de la suela
de oro por encadenar un noveno de 5 chapas y un boulder de 8c en La Pedriza. Para
mí quedó en segundo premio (la suela de plata) por mis 14 octavos encadenados
en esta escuela.
Fue un
acto muy divertido y me fui muy agradecido a casa por todas las molestias que
se tomó la ODT.Carlos Ruano y Javi Guzmán en la entrega de las suelas de Oro y Plata de la ODT 2019 |
Al final la escalada es un juego. Cada uno participa en la medida que le apetece y con las reglas que se quiere imponer. En mi caso, me propuse el juego que aquí he redactado, y me divertí mucho con ello, a parte de todos los momentos que pasé con buenos amigos y de todas las emociones que se guardaron en mi interior. Esto es lo que verdaderamente más importante me parece.
Listado de los 14 Octavos:
- Alexia de Galaxia directa (8b) Risco de la Peseta (12-12-2018)
- Hermanos Malasombra (8b), Risco Tora Bora (21-12 -2018)
- Kan Kongo directa (8a+), Risco de la Peseta (28-12-2018)
- Pa lolos (8a), El Castillo (9-1-2019)
- Sambarilux (8a+), Risco del Reloj (18-1-2019)
- Barbosa Crack (8a+), Muro del Pirata (16-2-2019)
- Artherencia (8b), El Hueso (31-3-2019)
- “Inuit” (8b+), Risco de la Peseta (13-4-2019)
- “Saratoga” (8a) Muralla del Kumbaya (21-4-2019)
- “Kan Kongo II (8a+), La Peseta (26-4-2019)
- “Orquídea Salvaje” (8a), Peña del Reloj (8-5-2019)
- “Edad de Pierda” (8a+), Quinta Buitrera (10-5-2019)
- “Sombra de oro” (8a/+), La Raja (29-5-2019)
- “Pollitas Felices” (8a), La Raja (7-6-2019)
Enlace a la publicación en Desnivel: https://www.desnivel.com/escalada-roca/los-catorce-de-javi-guzman-record-de-octavos-pedriceros/
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