martes, 29 de octubre de 2019

Los 14 octavos, una temporada excepcional

Tras un par de años de incesantes viajes y actividades dispersas por el mundo, me apeteció disfrutar más de lo que tengo en frente de casa, y más en concreto, me entró el gusanillo por explorar mi límite en el peculiar estilo de escalada que ofrece La Pedriza.
Me veo motorizado por una incontrolable motivación que viaja mucho más allá del simple deseo por conquistar pequeños muros de apariencia inaccesible. Pues se me antojan sueños en forma de grandes e imposibles paredes de granito.
Por suerte, hace tiempo aprendí que lo difícil se hace, y lo imposible se intenta, hasta que pasa simplemente a convertirse en algo difícil, y por tanto realizable. Eso sí, a precio de esfuerzo y constancia.
En otras palabras: la idea de adquirir un alto nivel en escalada para luego transferirlo a las grandes montañas es lo que me proporciona el auténtico empuje.
Hace ya tiempo que observaba con un respeto casi intimidante muchas de las vías más difíciles de La Pedriza, y consideré que ya iba siendo hora de mirar todas estas vías más bien desde arriba. Este es mi deseo aquí.
……….

La difícil ecuación de encontrar buenas condiciones

Aquí en La Pedriza, es preciso disponer de unas condiciones lo más perfectas posibles a la hora de proyectarse en escalar una vía dura con pretensiones de encadenar. Por eso es importante tener claro el objetivo, e ir a por él sin titubear cuando se abren estas ventanas de atípicas condiciones.
Supuestamente, como mejor se agarra la goma del pié de gato al granito, es a una temperatura de entre 0 y 5ºC. Esto se puede dar fácilmente en una cara norte a la que no le toca el sol. Pero por desgracia, la mayoría de las vías de la pedriza se encuentran ubicadas en orientaciones sur, lo que hace aún más difícil encontrar las condiciones de estas vías, porque además, se convierten en algo imprescindible los días nublados a la hora de escalar en estos muros.
Lo malo es que las nubes cargan con potenciales lluvias, y si llueve, la pared se convierte en una pista de patinaje. A esto aún abría que añadirle que una humedad en el ambiente relativamente alta, actúa en contra de la adherencia de la goma del pie de gato y de la piel de los dedos de las manos.
Cuando consigues todas estas condiciones ya sólo quedaría meterse en la vía, memorizar los movimientos (por lo general de pies, cuyas presas no se diferencian fácilmente del resto de la pared), vencer la barrera técnica de la vía, luego la física, y finalmente la mental.
Por lo general, aquí se escalada de una manera precaria, sobre equilibrios que a veces casi parecen desafiar las leyes de la física, con apoyos ridículos para las manos, aguantando un incesante ardor en los gemelos de las piernas que va in crescendo, y a esto sumándole la tensión que originan las pocas ganas de sufrir una caída por distintos motivos; los vuelos habitualmente son largos y generalmente no demasiado limpios, ya que los pasos difíciles suelen ser obligados (con el seguro bajo los pies), y habitualmente las chapas además suelen estar lejos. Eso sin hablar del peso psicológico que supone tener que volver a pasar por secuencias de escalada que ya habías conseguido ejecutar con tanto esfuerzo.
Muchas de las veces haces movimientos en los que la certeza no se manifiesta, pues es imposible saber al 100% o incluso al 50% si resbalarás o no. Esta incertidumbre no se da fácilmente en otros tipos de escalada, con lo cual, para lograr un encadenamiento, aquí, te enfrentas a una batalla más de lo normal. Por eso le llaman la escalada de “fé”. Creer en ti y apostarlo todo porque cada paso te saldrá perfecto, es inherente a este estilo de escalada y forma parte de la técnica mental que se necesaria.
Sólo si has escalado vías de adherencia en La Pedriza, puedes comprender que alguien con un gran nivel (como de 8c), pueda caerse en una vía que a priori debería poder hacer con los ojos vendados y una mano atada a la espalda (como un 6a). Que ocurra esto en otros estilos de escalada sería algo impensable a la par que casi imposible. Sin embargo, aquí en La Pedriza, es algo bastante frecuente. Es un tipo de escalada que puede hacer sentir incómodo al escalador más experto, además de ser extremadamente incompatible con el ego en grandes dosis. Hay que estar preparado para la frustración, el desengaño y para mostrar una actitud de aprendizaje desde los niveles más básicos. Con lo cual sobran motivos para llegar a la conclusión de por qué la adherencia pedricera no se pone de moda, como pasa es muchos lugares, pese a su grandísima calidad y variedad.
……..

*Diciembre:
Como en todo, lo más difícil es empezar.
Para mi primer octavo de la temporada pedricera 2018-19, elegí la vía “Alexia de Galaxia”. Un estético y delicado espolón romo ubicado en el margen izquierdo del risco de la peseta. Esta joya, equipada por Talo, aún no contaba con nadie que la hubiese escalado en sus dos versiones. Ya que aunque la vía hubiera sido equipada en su origen para escalarse por el lado izquierdo, se habían encontrado secuencias para poder hacerla de una manera más sencilla (versión 7c+), montándose por la placa de la derecha y volviendo a la línea un par de veces consecutivas. Así es como casi todo el mundo que ha encadenado esta vía la tiene hecha. Sin embargo, por las durezas que conlleva escalarla únicamente por el filo, solamente habían pasado unas tres personas, proponiendo grados de hasta 8b. El mismo equipador de la línea no pudo hacerse con esta versión.
Yo hace años la había hecho en su versión fácil, y me quedó pendiente volver a por la dura. De modo que para allá que fui.
En el primer pegue que le di, me costó horrores llegar a la reunión, y hubieron secuencias que ni siquiera pude sacar. Aquel día me fui a casa con la sensación de haberme aventurado en un proyecto por encima de mis posibilidades. Sin embargo la belleza de esta vía me resultó magnética, y volví a los dos días. Aquella segunda vez, ya pude sacar todos los pasos de una manera más sólida e incluso la hice con una caída.
Si la escalaba demasiado temprano, la humedad del rocío de por la mañana le afectaba malamente a la roca, pero sin embargo, pasadas las 12:30 del mediodía aproximadamente, el calor hacía que la vía perdiera el tacto y comenzaba a patinar por todos lados.
Tuvo que ser bajo el aseguramiento de mi amigo Raúl, al cuarto día y noveno pegue en total cuando ya, con todas las secuencias meticulosamente descifradas al dedillo y a sabiendas de los horarios óptimos para escalar la vía,  cuando pude hacerme con ella. Me pareció sin lugar a dudas un buen 8b. La fé en los pies había sido recuperada.
Javi Guzmán en "Alexia de Galaxia 8b"
Javi Guzmán en "Alexia de Galaxia 8b"

Lograr la primera vía dura de la temporada inevitablemente me motivó para ir a por la siguiente.
Quise ganar más referencias de manera inmediata para poder graduar con buen criterio la “Alexia de Galaxia” y aproveché el primer día que dieron nublado para ir con Rubén al sector Torabora a por la vía “Hermanos Malasombra 8b”. Una placa de 25 metros con una entrada muy vertical de micro regletas netas para seguir por un muro más tumbado y delicado de pies, que transcurre en su último tercio por una sección más sencilla pero con alejes de hasta 4 metros.
 Años atrás, me había metido en tope en esta vía y me fui con la sensación de necesitar varias vidas para poder hacerla.
 Pese a que no hacían las mejores condiciones de temperatura y humedad, en un par de pegues la pude descifrar bastante bien y sentir un franco optimismo en cuanto a encadenar esta vía en muy pocos pegues.
A los dos días volví, la monté y le di un pegue muy bueno con una caída. Al siguiente pegue y con el aseguramiento de Angelete me la llevé, (5 pegues en total).
Sentí que mi límite aún se podía empujar bastante mñas. Me vi muy cómodo encadenando, mucho mejor incluso que en la Alexia de Galaxia.

Javi Guzmán en "Los Hermanos Malasombra 8b"
Fui a por la siguiente:
“Kan Kongo directa 8a+” Una de las vías peor equipadas de la pedriza. Entra común con Inuit, y luego transcurre por un par de desplomes con una sección a bloque en cada uno de estos. Chapar el quinto seguro da miedo, tiene un aleje absurdo en mitad de un paso y con una caída que podría empotrarte bajo el primer desplome, jugándote un buen golpe entre las tibias y la cabeza. Por suerte la hice al tercer pegue y no llegué a comprobar esa caída.
Javi Guzmán en "Kan Kongo directa 8a+"
*Enero:
Y como dicen que en la variedad está la diversión, también subí andando una horita hasta en tres ocasiones para hacerme en 8 pegues con la “Pa lolos 8a”.
La exigencia de esta vía no reside únicamente en el grado, pues pertenece a la sombría cara norte del Castillo, que se encuentra a unos 1500 metros de altitud, y exige escalar bien abrigado, soportando el gélido viento del invierno y  apenas sintiendo las yemas de los dedos. Apartada de las vías comerciales, está completa línea la podríamos desfragmentar en: tres tercios de escalada de continuidad desplomada y de canto, sobre un grado cercano al 7b+, con un final a bloque, explosivo, de fuerza y precisión, que eleva la dificultad a 8a duro.
Javi Guzmán en "Pa Lolos 8a"
Si sale un día nublado, se debe ir religiosamente a cara sur, que pocas oportunidades salen.
Esta vez fijo el objetivo en el conocido risco del Reloj, con la vía “Sambarilux 8a+”.
Por suerte, aquel día estaba con compañeros que me pudieron contar un poco de qué manera hacían ellos las secuencias duras.
Al probarla, me sorprendió lo física que era esta vía pese a que fuera un muro vertical. Mezclando a su vez un estilo de regletas pequeñas y muy pequeñas aunque netas, con una precisión milimétrica de pies. Esta vía de continuidad, con las primeras cuatro chapas muy duras, hizo que me exprimiera al máximo para poder encadenarla en el día. Bien será uno de los tres mejores 8a+ de La Pedriza, sin duda.
Después del largo pegue de reconocimiento y haber caído varias veces tras pasar encadenando casi todo lo duro, me había reventado 4 yemas, y tenía los dedos ensangrentados y sin piel. Pero ahí estaba la vía, con las cintas puestas, los movimientos perfectamente asimilados en el cuerpo e introducidos en la cabeza, y con las condiciones perfectas. No sabía cuándo volvería a presentarse la oportunidad de otro día nublado en el que pudiese subir aquí. Si me iba sin encadenar, al menos que no fuese por no haber agotado hasta el último de los cartuchos.
Llegaba el final del día, y ya estaba tan cansado y ensangrentado, que cuando Sergio me vio vendándome los dedos para darle un último pegue, no daba crédito. -Si la encadenas ahora te hago un busto de bronce. (me dijo) –Ve encargándolo. (respondí).
Y viendo venir que pasaría lo inevitable, lo más improbable se convirtió en la realidad. Encadené. No por ser buen escalador, ni por ser súper técnico, ni estar muy fuerte. Si no por ser constante, luchador, y por no dejarme sumergir en la fácil idea de abandonar. Eso hubiera sido demasiado cómodo. A veces, luchar aún sin opciones es justo lo que marca la diferencia.
Javi Guzmán en "Sambarilux 8a+"
*Febrero:
Hasta que me propongo el siguiente proyecto pasa un tiempo. Pues entre curro, viajes y concentraciones con el Equipo Nacional, he andado por el levante, Freissinieres (Alpes franceses) escalando en hielo y esquiando, Montsant (Cataluña) haciendo escalada de auto protección, etc.

Ya de vuelta en casa, Aitor Bárez me propone batir el actual record de octavos por temporada en La Pedriza, que tras preguntar a los colegas y entendidos, parece que es de Josete Rodríguez y hasta donde sabemos se encuentra en 10 vías de octavo en total. 
Me parece una buena iniciativa a nivel personal para obligarme a encadenar máximo número de vías de dificultad en un periodo de tiempo relativamente corto.
No solo me interesa hacer vías exigentes, además me gustaría hacerlas lo más variadas posibles. De modo que, como vía exótica se me ocurrió la “Barbosa CracK 8a+” del muro del Pirata. Una curiosa y estética vía que comienza por una fisura roma para luego salir por un canalizo que premia la técnica.
En el primer pegue que le di a vista, resbalé llegando a la cuarta chapa y la caída me llevó a parar al tronco cortado del árbol que se encuentra detrás. Me pegué un buen golpe en el coxis y mi compañero Angelete se asustó bastante. Aun así, no me hice demasiado daño. Me remonté por la cuerda y terminé de mirarme la vía. En los pegues siguientes, pasaba por la sección de la cuarta chapa con un poco de pánico hasta que chapaba el seguro que me quitaba la posible caída al árbol.
La fisura es cóncava y precisa de guantes de fisura y buen tejemaneje de pies para no dejar demasiada carga en los empotramientos, pues podrían escurrir sin previo aviso (como me pasó en el pegue a vista). Lo más duro está en pasarse al amplio canalizo mediante un paso a bloque, y aguantar una serie de movimientos técnicos y mantenidos hasta la cadena. Al final esta vía me llevó 7 pegues.
Javi Guzmán en "Barbosa Crack 8a+"
*Marzo:
Tras 10 días haciendo alpinismo en pirineos, estaba motivado para ir a por la 7ª vía.
Este día, todo fue muy extraño. Cambiamos los planes a última hora porque de repente, ya en el parking de Cantocochino, se nubló el cielo y decidimos aprovechar para ir al Hueso y darle a la “Artherencia 8b”. Llevaban tiempo insistiéndome para que hiciera esta vía. Incluso la puede probar en una ocasión con malas condiciones.
Mientras nos preparábamos para salir, me encontré en el parking con el fotógrafo que llevaba tiempo intentando quedar, y que precisamente había pensado varias veces en llamarle cuando fuera a escalar al hueso. Le pregunté que a dónde tenía pensado ir, y me contestó que a echar fotos al hueso. En aquel momento me dieron la vuelta los ojos y lo sentí como una señal, ¡hoy es el día!
Fuimos para allá. Y tras matizar la vía y fijarle la cuerda al fotógrafo, se puso a llover. No con fuerza, pero sí casi como hacerme perder la ilusión.
Ya que estábamos allí, y el fotógrafo se encontraba colgado de la cuerda a unos 20 metros, me metí en la vía para quitarme de encima el tema de las fotos.
Qué sorpresa me llevé cuando pese a la llovizna, únicamente me caigo una vez… Me quedo pensativo en la reunión y le digo a Violeta, que me aseguraba: -¿Debería ser responsable y darle otro pegue verdad? -¡Claroo!, me contestó ella. No me lo pensé más y le dije que me bajara. Al rato, ya descansado, pero con un constante chispeo, me ato a la cuerda, me quito el chubasquero, y me dispongo a hacer lo imposible. Desde aquí puedo ver al mismísimo Rana metido en un 7b+ del Gálvez. Estaba blasfemando por la lluvia y desmontando la vía ante la imposibilidad de escalar con estas condiciones. Yo, sin embargo no me dejo influir y digo: -Lo que tenga que ser será. Si me caigo no será por no haberlo dado todo.
Comencé a escalar la multicolor placa de continuidad. Cuando llego a lo duro, siento como el pie más precario de la vía se queda inmóvil, y paso desapercibido por la precaria sección de la quinta y sesta chapa. Noto humedad en las manos, pero tal y como me había prometido voy fiándome al 100% de los pies que elijo. Me sorprendo de estar pasando por ahí sin resbalones. Abajo, Violeta se tiene que quitar las gafas de asegurar porque se le llenan de agua y no puede verme bien. Cerca de la cadena voy apretando con todas mis fuerzas hasta la más mínima de las regletas para prevenir el resbalón de un pie. Hago un esfuerzo por mantener a ralla las pulsaciones en los últimos movimientos, a sabiendas de que nunca que puede dar nada por encadenado hasta que has chapado la reunión, y menos en una placa de adherencia.
Increíble pero cierto. No lo concebía. En un total de 6 pegues me había hecho con esta mítica, mágica, y admirada vía de cuento de hadas. Una prueba más de que con el poder de nuestra actitud podemos lograr cosas increíbles y contra todo pronóstico.
Javi Guzmán en "Artherencia 8b"
*Abril:
Y por qué no meternos en la segunda placa más dura de la pedriza. Nada se pierde por probar. De hecho, todavía no se me ha resistido ninguna vía de las que haya probado aquí.
Pues vamos de nuevo a la Peseta. Esta vez a por la “Inuit 8b+”. Una vía cuyas 4 primeras chapas son un auténtico infierno que exige flexibilidad, decisión, velocidad, coordinación, precisión nanométrica, fuerza… y todo eso en las 4 primeras chapas. La mayoría de los pies son medio decentes el primer segundo, a partir de ahí se te empiezan a hacer malos, y al pasar la frontera de los dos segundos, el pie caduca la mayoría de las veces. Para la segunda parte, lo que la vía requiere es de sangre fría y calma. Ya solo será 7b, pero los nervios juegan en tu contra.
El primer día que me meto en ella, me voy a casa sin haber podido enlazar ni dos movimientos seguidos. Me parece una brutalidad, y de no ser porque me he visto muchas veces en la misma situación y me tengo más que demostrado que con todo se puede, habría pasado a hacer otra cosa.
El segundo día, ya consigo ir de chapa en chapa. Aunque fuera con varias caídas, pero sintiendo que me quedo un poco mejor en cada pie. El tercer día consigo hacerla con un par de caídas hasta la reunión. Y el cuarto día, tras hacerme dedales de esparadrapo en cuatro yemas reventadas y sangrantes a causa de apretar tantas veces los insignificantes cantitos, caerme con la cuerda en la mano chapando la cuarta por un fallo que me dejó a medio metro en el suelo, y con el estrés de ver cómo se iba mi última oportunidad porque empezaban a subir las temperaturas a partir del día siguiente; conseguí concentrar todas mis capacidades y convertirme por cinco minutos en mi mejor versión. Dando uno de los mejores pegues que he dado nunca a una vía. 15 pegues fueron en total los que hicieron falta para transformarme en el escalador que necesitaba ser para lograr encadenar esta vía.
Javi Guzmán en "Inuit 8b+"
En los siguientes meses de abril, mayo y junio pude seguir engrosando la lista con hasta 14 octavos:

“Saratoga 8a”en la Muralla Kumbaya
Javi Guzmán en "Saratoga 8a"

“Kan Kongo II 8a+” en la Peseta(concluyendo el último octavo que me quedaba en el risco y convirtiéndome en el primer encadenador de todos los octavos de La Peseta)
Javi Guzmán y Rafa Gómez haciendo doblete en "Kan Kongo II 8a+"

Ya se acercaba una época más calurosa, y jugaba a contra reloj para poder rascar mis últimas tentativas antes de que las pocas condiciones que iban quedando desaparecieran del todo.
No me quedó más remedio que recurrir a cotas más altas, orientaciones norte, y a una de las zonas más frescas de la pedriza, (La Raja).
“Orquídea Salbaje 8a” en el Reloj 

“Edad de Pierda 8a+” en la quinta Buitrera 
Javi Guzmán en "Edad de Piedra 8a+"
“Sombra de oro 8a/+” en La Raja 

y “Pollitas Felices 8a” en La Raja 
Javi Guzmán en "Pollitas Felices 8a+"
Cada vía tenía su propio carácter, y por consecuencia, me veía en una particular lucha de la que salía con nuevas lecciones aprendidas y más conocimiento. Solo una vez aprendido todo lo que la vía tiene que enseñarte es cuando eres apto para encadenar. Entonces es cuando vas en busca de nuevas lecciones a nuevos proyectos. Es así como yo veo la escalada.
Digamos que la entrega de la suela de oro por la Orden Del Tumbao, podría marcar el final de la temporada.
La celebración tuvo lugar en Junio, y asistí invitado como nominado al prestigioso reconocimiento por la temporada.
El evento concluyó con Carlos Ruano como ganador de la suela de oro por encadenar un noveno de 5 chapas y un boulder de 8c en La Pedriza. Para mí quedó en segundo premio (la suela de plata) por mis 14 octavos encadenados en esta escuela.
Fue un acto muy divertido y me fui muy agradecido a casa por todas las molestias que se tomó la ODT.
Carlos Ruano y Javi Guzmán en la entrega de las suelas de Oro y Plata de la ODT 2019

Al final la escalada es un juego. Cada uno participa en la medida que le apetece y con las reglas que se quiere imponer. En mi caso, me propuse el juego que aquí he redactado, y me divertí mucho con ello, a parte de todos los momentos que pasé con buenos amigos y de todas las emociones que se guardaron en mi interior. Esto es lo que verdaderamente más importante me parece.

Listado de los 14 Octavos:
  1. Alexia de Galaxia directa (8b) Risco de la Peseta (12-12-2018)
  2. Hermanos Malasombra (8b), Risco Tora Bora (21-12 -2018)
  3. Kan Kongo directa (8a+), Risco de la Peseta (28-12-2018)
  4. Pa lolos (8a), El Castillo (9-1-2019)
  5. Sambarilux (8a+), Risco del Reloj (18-1-2019)
  6. Barbosa Crack (8a+), Muro del Pirata (16-2-2019)
  7. Artherencia (8b), El Hueso (31-3-2019)
  8. “Inuit” (8b+), Risco de la Peseta (13-4-2019)
  9. “Saratoga” (8a) Muralla del Kumbaya (21-4-2019)
  10. “Kan Kongo II (8a+), La Peseta (26-4-2019)
  11. “Orquídea Salvaje” (8a), Peña del Reloj (8-5-2019)
  12. “Edad de Pierda” (8a+), Quinta Buitrera (10-5-2019)
  13. “Sombra de oro” (8a/+), La Raja (29-5-2019)
  14. “Pollitas Felices” (8a), La Raja (7-6-2019)

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